jueves, 3 de julio de 2008

"El síndrome de Mozart" de Gonzalo Moure


Gonzalo Moure escribió:
"Irene le miró, un poco deslumbrada. Así, sudoroso, sobre el blanco puro de la camiseta, Tomi parecía aún más hermoso, un elfo resplandeciente."


Irene, una chica de diecisiete años que toca el piano y el violín, pasa el verano en un pueblo de Asturias con sus padres. El padre de Irene es neurólogo y la joven sospecha que su estancia en Cansares guarda relación con el trabajo de su padre. Efectivamente, el médico está estudiando el caso de Tomi, un chico de dieciocho años de una localidad cercana que padece el síndrome de Williams, una especie de retraso mental acompañado de una capacidad musical extraordinaria.
Horacio, el padre de Irene, quiere demostrar que Mozart padecía la misma enfermedad, y para ello necesita la ayuda de su hija. Al principio, Irene se resiste a ayudarle, pero una vez que conoce a Tomi, ella misma investigará sobre Mozart y su comportamiento y verá grandes similitudes con el de su nuevo amigo. Entre tanto, Irene va poniendo al corriente de sus descubrimientos a Yárchik, un chico muy especial y sensible que toca la viola y del que está enamorada; y también a Tesa, esta última una chica de su tiempo a la que le gusta la música independiente. Cuando Irene anima a Tomi a tocar el piano de oído y descubre su genialidad, se plantea la posibilidad de ocultárselo a su padre, ya que la vida de su amigo cambiaría de forma radical. Por ello Irene graba una cinta en la que Tomi toca el piano, pero la deja en manos del propio Tomi para que él decida lo que quiere hacer.



Escucha la lectura de un pequeño fragmento; en él, Irene escucha a Yárchik su explicación de qué es para él la música....



Aquí tienes otro fragmento, pero a este le hemos puesto la música que Irene estaba escuchando mientras ocurre lo que nos cuenta el autor... Primero escucharás de fondo el comienzo del concierto para piano y orquesta nº 21 de Mozart, y a continuación una selección de fragmentos de La flauta mágica, también de Mozart, hasta llegar al fragmento que Irene quería escuchar...
¿Cuál es?




Y un día, Moure nos visitó. Nos contó muchas historias sobre sus viajes, sus libros, personas reales en la que se inspira, qué le impulsa a escribir....
Es una grata experiencia que los alumnos puedan hablar con un escritor, y además uno tan cercano como Gonzalo.






EL SÍNDROME DE MOZART' ALGO MÁS QUE UNA NOVELA

Con el ‘Síndrome de Mozart’, Gonzalo Moure no sólo ha conseguido hacerse con el Premio de Literatura Juvenil Gran Angular, sino que se ha adentrado en un mundo que para muchos es completamente desconocido: el de los niños con síndrome de Williams.

Se trata de una patología muy especial en la que los afectados tienen un bajo coeficiente intelectual, pero al mismo tiempo son capaces de desarrollar una sensibilidad auditiva extraordinaria, llegando a alcanzar el oído absoluto, lo cual se traduce en una habilidad musical fuera de lo común.


Su primer contacto con el síndrome fue fortuito. “Estaba escribiendo una novela y en ella describía a un señor con cara de gnomo. Poco después, recibí una carta de un médico en la que me decía que si eso que había escrito era real esa persona padecía el síndrome de Williams”. Lo que no sabía el escritor, entonces, es que uno de los rasgos característicos de los niños que padecen esta enfermedad es la cara de 'duendecillo'.


Desde ese momento, no paró de investigar un síndrome que, según afirma, también pudo padecer Mozart. La novela no ha sido más que el primero de los frutos de una investigación que no ha hecho más que empezar. “Mi intención es unificar todo en un ensayo con entrevistas a científicos, con opiniones....un libro divulgativo”.

Después de haber sido 'atrapado' por las maravillosas contradicciones de los niños con síndrome de Williams, capaces por un lado de escuchar la caída de dos monedas y saber cuál de ellas ha sonado en do y cual en fa, pero por el otro, incapaces de realizar una tarea cotidiana como puede ser atarse los zapatos, pretende crear un centro para estos chicos, que llevará el nombre de 'Mozart'.

Será un lugar en el que podrán dedicarse a lo que más les gusta, la música. “Mi sueño es que este centro se convierta en un punto de encuentro en el que estos niños puedan intercambiar puntos de vista sobre la música, para que nos puedan llegar a explicar qué es para ellos la música”.

El centro Mozart, al que Moure dedicará parte del premio, servirá para explotar sus capacidades. “Creo que no hay que aislar a estos niños. Tenemos que considerar este síndrome como algo menos negativo e intentar potenciar los aspectos positivos”.

(María Fernández Larrinaga)